sábado, 10 de mayo de 2008

Maras eligen municipios para extorsionar Policía detecta nuevas estrategias de antisociales



En Chinautla, durante el día, los vecinos realizan sus actividades normalmente, pero después de las 18 horas, nadie sale, y se cierran los negocios, por temor. Foto Prensa Libre: Daniel Herrera.
La mayor presencia de la Policía Nacional Civil (PNC) en el perímetro de la ciudad, debido al plan navideño y más de 500 capturas, llevó a los pandilleros a reagruparse en municipios del departamento de Guatemala, donde se ha detectado que han cambiado estrategias para seguir extorsionando.
Como el juego del gato y el ratón, los pandilleros han optado por alejarse del alcance de la Policía y han empezado a movilizarse a municipios cercanos a la capital. Los alcaldes de éstos demandan mayor presencia policial.
Tras la captura de unos 500 pandilleros en la capital, incluyendo a líderes las maras Salvatrucha y 18, y el plan de seguridad navideño, la Unidad Antimaras, de la PNC, empezó a detectar que la mayoría de denuncias contra estos grupos proviene de municipios como Chinautla, Villa Nueva, Villa Canales, San Pedro Ayampuc y San Miguel Petapa.
Como parte del plan, se incrementó la seguridad en Villa Nueva, pero luego los antisociales se enfocaron a los demás municipios del departamento, informó la PNC.
De traje y sin tatuajes
Dejar de tatuarse en lugares visibles del cuerpo ha sido una de las estrategias de los pandilleros. “Ahora, se tatúan en los pies, atrás de las orejas o entre los dedos de las manos”, explicó un investigador.
También se ha detectado que para despistar, se visten de saco y corbata al momento de cobrar la extorsión a propietarios de negocios y pilotos de buses urbanos y extraurbanos.
En esos municipios, los comerciantes están desesperados, pues los pandilleros han llegado al extremo de exigirles el pago en dólares, se indicó.
“Los pandilleros averiguan si la víctima tiene familiares en Estados Unidos, y luego exigen el pago en esa moneda”, afirmó la unidad antimaras.
Las autoridades reconocen que en esta época se han incrementado las denuncias de extorsiones y asaltos de los mareros en los negocios y unidades de transporte urbano, pues pretenden pagar las fianzas de sus compañeros que están en la cárcel, antes de las fiestas navideñas.
El 2 de diciembre recién pasado, pilotos que cubren las zonas 7, 18 y 6 de Mixco paralizaron labores, cansados de asaltos y extorsiones. Comentaron que los pandilleros dijeron que necesitaban recaudar Q150 mil para sacar a sus compañeros de la cárcel.
En Chinautla
Los pobladores están atemorizados, pues las maras no se conforman con asaltar y extorsionar, sino que están violando a las jóvenes.
“Los padres tenemos temor de que nuestros hijos salgan a las calles, pues no sabemos en qué momento los pandilleros los pueden atacar”, señaló un padre de familia.
A las 18 horas, los vecinos, propietarios de tiendas y panaderías cierran sus puertas, para no ser víctimas de las pandillas. Aquí, la estación más cercana de la Policía está a 12 kilómetros.
Alcaldes de los municipios afectados demandaron más presencia policial y programas preventivos.
En Mixco, el alcalde Amílcar Rivera se ha visto obligado a autorizar el cierre de unas 50 calles, a solicitud de los vecinos, que están atemorizados por la proliferación de maras.
Afectado: Pagó US$15 mil
“Los pandilleros me exigieron pagarles US$15 mil a cambio de no hacerle daño a mi familia”, relató el dueño de una tienda ubicada en Mixco, que pidió omitir su nombre, por temor.
Él fue extorsionado por integrantes de la Mara Salvatrucha hace un mes, luego de que fuera testigo de un crimen cerca de su negocio.
“Ellos me amenazaron con matarme si los denunciaba a las autoridades, y yo les prometí que no lo haría, pues ni siquiera los conocía”.
A los pocos días, los mareros regresaron, y le indicaron a la víctima que habían averiguado que tenía familiares en Estados Unidos, por lo que debía pagarles US$15 mil.
Por temor a las represalias, el comerciante llamó a sus parientes en Estados Unidos, y logró, con esfuerzos, reunir la cantidad que le exigían los pandilleros. Ahora, está pensando en mudarse, aunque eso le representará dejar su negocio, donde invirtió todos sus ahorros.
Amenaza
Otra víctima de estos grupos fue una guatemalteca residente en Estados Unidos. Los mareros secuestraron a su hijo, que vive en la zona 11 de Mixco.
Por medio de familiares, le exigieron US$10 mil a cambio de no matar a su hijo. Ella envió el dinero para que lo liberaran, pero el secuestrado sigue sin aparecer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta tremendamente peligrosa la situacion actual en guatemala